10 Negligencias médicas comunes durante el parto y su impacto en la salud materno-infantil
- DML Defensa Médico Legal
- 5 mar
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Los errores durante el parto pueden tener consecuencias devastadoras y de por vida para los bebés y sus familias. Desde fracturas óseas hasta lesiones cerebrales, estos errores son lamentablemente comunes en el sistema de cuidados de salud, lo que ha dado lugar a una amplia gama de demandas por negligencia médica. Muchas de estas reclamaciones se relacionan con un cuidado prenatal inadecuado, donde condiciones graves como la diabetes gestacional, la preeclampsia o incluso enfermedades contagiosas no son debidamente diagnosticadas. Para el médico obstetra, resulta fundamental mantener una actitud vigilante y meticulosa, ya que la seguridad de dos vidas —la madre y el recién nacido— depende de la precisión y el rigor en cada procedimiento.
10 Negligencias médicas comunes durante el parto y su impacto en la salud materno-infantil
A continuación, se presentan las 10 negligencias médicas más comunes durante el parto, junto con una descripción detallada de cada una, con el objetivo de prevenir futuras incidencias y promover una práctica obstétrica de excelencia.
1. Inducción del Parto
La inducción del parto es un procedimiento de alto riesgo que, si no se justifica adecuadamente, puede conllevar complicaciones graves.
Riesgos asociados: Contracciones excesivamente intensas y frecuentes, lo que puede limitar el flujo de oxígeno al feto y, en mujeres con antecedentes de cesárea, incrementar el riesgo de rotura uterina.
Comunicación con la paciente: Es esencial que se informe detalladamente a la embarazada sobre los riesgos y alternativas disponibles, evitando presentarla como un procedimiento rutinario sin implicaciones.
2. Maniobra de Kristeller
La maniobra de Kristeller consiste en aplicar presión sobre el abdomen de la madre para facilitar el descenso del feto.
Recomendaciones internacionales: Tanto la Organización Mundial de la Salud como el Ministerio de Sanidad desaconsejan esta práctica.
Posibles daños: Puede causar traumatismos en la madre, como hematomas, fracturas de costillas, rotura del útero e incluso inversión uterina, lo que puede desembocar en hemorragias severas y la eventual necesidad de extirpar el útero.
3. Administración de Oxitocina Sintética (Syntocinon)
El uso de oxitocina sintética para inducir o acelerar el parto es una práctica común, pero no exenta de riesgos.
Efectos secundarios: Aumenta la intensidad y frecuencia de las contracciones, lo que puede incrementar el dolor y la necesidad de analgesia epidural, introduciendo sus propios riesgos.
Clasificación de riesgo: Este medicamento es considerado de alto riesgo por el Instituto para el Uso Seguro del Medicamento, lo que subraya la necesidad de un manejo riguroso y monitoreo continuo.
4. Episiotomía
La episiotomía consiste en realizar un corte quirúrgico en la zona perineal para ampliar el canal de parto.
Consecuencias para la paciente: Esta práctica puede causar lesiones en el suelo pélvico, dolor crónico, cicatrices dolorosas y, en casos graves, afectar los esfínteres anales, conduciendo a incontinencia.
Controversia y condenas: Diversas sentencias han condenado a instituciones y profesionales por realizar episiotomías sin el consentimiento expreso y adecuado de la paciente, evidenciando la importancia de una evaluación rigurosa de su necesidad.
5. Separación Madre-Hijo
El contacto inmediato y sostenido entre la madre y el recién nacido es crucial para el bienestar físico y emocional de ambos.
Impacto en la salud: La interrupción de este contacto puede tener consecuencias negativas en la vinculación afectiva y en el desarrollo fisiológico del bebé.
Recomendación: Es fundamental garantizar el contacto piel con piel justo después del nacimiento, evitando intervenciones innecesarias que provoquen la separación.
6. Maniobra de Hamilton
La maniobra de Hamilton, utilizada para inducir el parto mediante un tacto vaginal que separa las membranas del cuello uterino, es un procedimiento doloroso.
Riesgos asociados: Puede desencadenar el parto en un plazo inadecuado, ocasionar rotura prematura de membranas y, en algunos casos, llevar a la necesidad de una inducción con oxitocina sintética, con todos sus riesgos inherentes.
Consentimiento informado: Es imperativo que se informe a la paciente sobre la naturaleza y riesgos del procedimiento antes de su realización.
7. Admisión Prematura
La admisión de una parturienta antes de que se cumplan las condiciones médicas óptimas puede resultar peligrosa.
Consecuencias operativas: Una admisión temprana puede presionar al equipo asistencial a inducir o acelerar el parto por razones logísticas o de conveniencia, comprometiendo la seguridad tanto de la madre como del feto.
8. Alta Prematura
El alta prematura de una parturienta que acude a urgencias sin una evaluación exhaustiva puede resultar en la pérdida de oportunidades para tratar condiciones graves.
Riesgos clínicos: La falta de una exploración cuidadosa puede llevar a pasar por alto signos de preeclampsia, disminución de los movimientos fetales o desprendimiento prematuro de placenta, poniendo en riesgo la salud materna e infantil.
9. Falta de Vigilancia del Monitor
La monitorización continua del bienestar fetal es crucial, especialmente durante las inducciones del parto.
Importancia del seguimiento: La falta de vigilancia o el exceso de confianza en el manejo de la inducción puede pasar desapercibidos eventos críticos, como episodios de hipoxia fetal, que requieren una intervención inmediata para evitar daños irreparables.
10. Cesárea Innecesaria
La cesárea, al ser una cirugía mayor, conlleva riesgos significativos para la madre y el futuro reproductivo, así como para la salud del recién nacido.
Impacto en la salud: La realización de cesáreas sin justificación médica incrementa el riesgo de complicaciones postoperatorias y de mortalidad materna, además de afectar la vida reproductiva futura de la mujer.
Criterios de intervención: Es crucial que la cesárea se realice únicamente cuando está médicamente indicada, evitando su uso por conveniencia o falta de diligencia profesional.
Los errores de parto y las negligencias médicas durante el proceso de parto representan un desafío crítico para la práctica obstétrica, con consecuencias potencialmente devastadoras para la salud de la madre y el bebé. Es esencial que los médicos obstetras mantengan una actitud de máxima precaución, informen adecuadamente a las pacientes y se adhieran a protocolos rigurosos para minimizar los riesgos. La educación continua, el seguimiento de las mejores prácticas y el compromiso con el consentimiento informado son pilares fundamentales para garantizar una atención de calidad y reducir la incidencia de demandas por negligencia médica. Adoptar medidas preventivas en cada uno de estos aspectos es, sin duda, una inversión en la seguridad y el bienestar de las futuras generaciones.
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