¿Cómo prevenir demandas médicas?
- DML Defensa Médico Legal
- hace 2 días
- 3 Min. de lectura

Uno de los aspectos menos abordados en la formación médica, pero de gran relevancia en la práctica clínica, es la relación médico-paciente como herramienta para prevenir demandas legales. La mayoría de los procesos judiciales no inician por negligencia evidente, sino por fallas en la comunicación, desconfianza o falta de claridad durante la atención.
¿Cómo prevenir demandas médicas?
En este artículo, analizamos las principales causas que llevan a un paciente a presentar una demanda y las estrategias que todo médico puede implementar para reducir ese riesgo, sin importar su especialidad.
1. La raíz del problema: falta de información y mala comunicación
Después de un evento adverso o un resultado clínico inesperado, es común que el paciente o sus familiares sientan que no recibieron suficiente información durante el tratamiento. Esta percepción, aunque no siempre fundada, suele generar frustración y desconfianza.
Muchas demandas tienen como propósito inicial acceder a los expedientes clínicos para entender qué ocurrió. Una vez que los abogados revisan esos registros, cualquier pequeña omisión o discrepancia puede ser usada como base para una acción legal.
¿Cómo prevenirlo?
Dedica tiempo a responder dudas. Aunque la carga laboral sea alta, unos minutos adicionales de conversación pueden marcar la diferencia.
Comunica con empatía y claridad. Los pacientes no buscan explicaciones técnicas, sino sentirse escuchados y entendidos.
Documenta cada conversación relevante. Dejar constancia de que se informó al paciente protege al médico legal y éticamente.
2. La importancia de una buena relación con el paciente
El trato humano y respetuoso tiene más peso del que se cree en la medicina clínica. Una relación empática reduce drásticamente la probabilidad de ser demandado, incluso en situaciones donde hubo complicaciones.
Los pacientes no suelen demandar a médicos en quienes confían o con quienes tienen una conexión positiva. El problema surge cuando sienten distancia, frialdad o desinterés.
Recomendaciones prácticas:
Haz contacto visual y evita interrupciones mientras el paciente habla.
Escucha activamente. A veces los pacientes solo buscan ser comprendidos.
Usa un lenguaje accesible y evita tecnicismos innecesarios.
Recuerda: no se trata de cantidad de tiempo, sino de calidad del encuentro clínico.
3. Diagnósticos tardíos o cambiantes: cómo gestionar las expectativas
Una causa frecuente de reclamos es la percepción de que hubo errores diagnósticos o que el médico “no supo qué tenía” el paciente. Esto sucede incluso en escenarios clínicamente complejos o donde los tiempos de laboratorio se salen del control del médico.
¿La solución? Comunicación y seguimiento.
Explica los tiempos estimados de entrega de resultados.
Establece claramente las fases del diagnóstico. Informa si habrá necesidad de nuevas pruebas, reevaluaciones o derivaciones.
Implementa un sistema eficaz de notificación. No permitir que el paciente tenga que llamar múltiples veces para obtener una respuesta evita ansiedad y pérdida de confianza.
4. Consentimiento informado y documentación: pilares legales de protección
El consentimiento informado no debe verse como un simple trámite legal, sino como parte de un proceso que fortalece la relación médico-paciente. Si el paciente siente que tuvo poder de decisión sobre su tratamiento, es menos probable que lo culpe si el resultado no es el esperado.
Igualmente, la documentación médica precisa y completa es la primera línea de defensa ante cualquier eventualidad legal. Cualquier omisión, por pequeña que sea, puede abrir la puerta a interpretaciones desfavorables.
Buenas prácticas recomendadas:
Describe detalladamente los riesgos, beneficios y alternativas terapéuticas.
Asegúrate de que el paciente haya entendido y hazlo firmar cuando sea necesario.
Documenta el seguimiento, los cambios en el plan de tratamiento y los motivos clínicos detrás de cada decisión.
La medicina no es infalible, pero la confianza sí se puede construir
El objetivo no es evitar los malos resultados —que son parte inherente del ejercicio clínico—, sino minimizar los conflictos derivados de la falta de comunicación y errores evitables en la atención médica.
Establecer relaciones humanas, claras y respetuosas con los pacientes no solo mejora su experiencia, sino que también protege tu ejercicio profesional. La prevención legal comienza con la escucha activa, la empatía y una documentación impecable.
Comments