Manejo de pacientes con infecciones contagiosas: Consideraciones legales y éticas
- DML Defensa Médico Legal

- 18 sept
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El manejo de pacientes con infecciones contagiosas representa un reto clínico, legal y ético para los profesionales de la salud. Más allá del compromiso con la atención médica de calidad, los médicos deben cumplir con normativas que buscan proteger tanto a los pacientes como a la comunidad en general.
Manejo de pacientes con infecciones contagiosas: Consideraciones legales y éticas
En México, la Ley General de Salud, diversas Normas Oficiales Mexicanas (NOM) y reglamentos locales establecen lineamientos claros sobre aislamiento, notificación de casos y medidas de protección. Ignorarlos no solo expone a la población a riesgos innecesarios, sino que también puede derivar en sanciones administrativas o legales para el profesional de la salud.
Importancia de cumplir con las normativas
El adecuado manejo de pacientes con enfermedades transmisibles tiene dos objetivos principales:
Proteger la salud pública mediante la prevención de brotes y la interrupción de cadenas de transmisión.
Resguardar la práctica médica de posibles sanciones, demandas o responsabilidades legales derivadas de omisiones en la atención.
Cumplir con la legislación no debe verse únicamente como una obligación burocrática, sino como parte de la responsabilidad ética del médico frente a la sociedad.
Protocolos fundamentales en la atención
1. Aislamiento del paciente
Cada enfermedad requiere medidas específicas de aislamiento, que pueden incluir habitaciones individuales, ventilación especial o restricciones en las visitas. El incumplimiento de estos protocolos pone en riesgo a otros pacientes, al personal sanitario y a la comunidad en general.
2. Notificación a las autoridades sanitarias
En México, enfermedades como tuberculosis, VIH, influenza, COVID-19 y otras de carácter emergente forman parte del listado de notificación obligatoria. La omisión en el reporte puede derivar en sanciones legales y, lo más grave, en la pérdida de control epidemiológico.
3. Protección del equipo médico
El uso correcto de equipo de protección personal (EPP) es indispensable para evitar contagios. Guantes, cubrebocas, batas desechables y protectores faciales deben ser utilizados según el nivel de riesgo. La institución tiene la obligación de proveer estos insumos y el médico, de aplicarlos de forma adecuada.
4. Consentimiento informado
Toda intervención diagnóstica o terapéutica debe realizarse con consentimiento informado. Es responsabilidad del médico explicar los procedimientos, riesgos, beneficios y alternativas al paciente, respetando siempre su autonomía y confidencialidad.
Errores frecuentes que generan problemas legales
En la práctica clínica es común encontrar omisiones que, aunque parezcan menores, pueden tener graves consecuencias:
No aplicar aislamiento adecuado, exponiendo a terceros a riesgos innecesarios.
Omitir la notificación de enfermedades sujetas a reporte obligatorio.
Descuidar la educación al paciente, privándolo de herramientas para prevenir la propagación de la enfermedad.
Ignorar la confidencialidad, especialmente en patologías asociadas a estigma social como VIH o tuberculosis.
Cada una de estas fallas puede ser interpretada como negligencia o incumplimiento normativo.
Ética y legalidad: dos caras de la misma moneda
Atender a pacientes con infecciones contagiosas no es solo un desafío médico, sino también un compromiso ético. Respetar la dignidad del paciente, mantener la confidencialidad y garantizar una atención humana deben acompañar a las medidas legales y de bioseguridad.
El equilibrio entre ambos aspectos asegura una práctica médica sólida, confiable y protegida frente a posibles conflictos legales.
El manejo de pacientes con infecciones contagiosas exige al médico un conocimiento profundo no solo de la clínica, sino también del marco legal vigente. Aplicar protocolos de aislamiento, cumplir con las notificaciones obligatorias, usar adecuadamente el equipo de protección y garantizar el consentimiento informado son prácticas que protegen al paciente, a la comunidad y al propio médico.
En un contexto de salud pública tan dinámico como el actual, la prevención de errores y la actualización constante en normativas son claves para brindar una atención segura y legalmente respaldada.





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